sábado, 2 de marzo de 2019

Y se viene otro 2 de Abril....

La guerra es un hecho colectivo que afecta a toda una Nación, y a la que se llega por un interés concreto de un gobierno determinado que busca un rédito o una ganancia específica (de tipo comercial, territorial, política, estratégica o similar) en un momento y escenario político concreto. 
Para obtener ese rédito o ganancia el grupo de personas que integran el gobierno necesita del apoyo colectivo, del consentimiento, de la aprobación de la sociedad que se verá involucrada en esa guerra y acompañará esa decisión. 

Para tener ese aval, ese apoyo, el gobierno utilizará a su favor el sentimiento nacionalista y patriota de la población para alcanzar el objetivo buscado (otras veces se encargará de fomentar y aprovechar los miedos, el fanatismo, el odio creando un enemigo). 
De esa forma la gente permitirá encarar/apoyar la lucha armada, en pos de un "beneficio colectivo" para toda la sociedad.

La "gente común" (esa que se levanta todos los días para ir a trabajar, cortar el pasto, ir al supermercado, labrar la tierra, enviar a sus hijos al colegio, etc.) movida desde "lo colectivo", desde el "bien común", y/o por sentimientos de miedo, odio, o fanatismo, no evaluará a conciencia las consecuencias "individuales" que esa guerra "colectiva" les traerá a muchos de sus integrantes. 
Prevalece en general -no inocentemente- el "beneficio colectivo" por sobre las consecuencias individuales con las que muchos de los miembros de esa sociedad deberán convivir de por vida. Y que desde luego nadie expone -ni aclara- a la hora de fomentar un hecho armado de esas características. 




La mayoría de la "gente común" seguirá con sus vidas y leerá sobre los efectos de la guerra como una estadística (con sus decenas, cientos o miles de muertos "desconocidos", ignotos) y sus resultados en términos de pérdidas y ganancias según sea analizado el bando de los contrincantes
Mayoría de gente común que no tendrá un hijo, un padre, un hermano, un familiar muerto por haber participado en la guerra. "Gente común"  que no deberá convivir luego con las secuelas irreversibles producto de los combates. 
Que verá esa guerra como "historia", ajena, lejana en sus afectos y sentimientos personales. 
Que leerá, hablará y se interesará por la guerra en relación a las acciones de combate, a los aviones y barcos derribados, a los ataques y al número de muertos de un bando y del otro, naturalizando la muerte y la destrucción por no verse afectados de manera directa por las consecuencias de la guerra

Gente que seguirá con su vida  sin grandes cambios, se levantará todos los días para ir a trabajar, cortar el pasto, ir al supermercado, labrar la tierra, enviar a sus hijos al colegio, etc., y seguramente leerán alguna vez algunos nombres desconocidos de los muertos de la guerra en una lápida, en un monumento, en un cenotafio. 

Y habrá también otro grupo más chico "de gente común" -en esa misma sociedad- que después de la guerra también se levantará todos los días para ir a trabajar, cortar el pasto, ir al supermercado, labrar la tierra, criar a sus hijos, etc. Pero que lo hará con un gusto bastante mas amargo, coexistiendo con el dolor, con las ausencias, con las heridas "individuales", concretas y directas, que les dejó la guerra 

Es esa "gente común" que convivirá desde la época de la guerra con un hueco en la mesa familiar, con habitaciones cerradas devenidas en templos, con alguna foto de un pibe/joven vestido de colimba -o de "milico"- como último recuerdo de ese ser querido que ya no está con ellos.

Gente que vivirá y sentirá la guerra como una tragedia, como un hecho desgraciado y fatal, que trajo a sus familias, a sus casas, consecuencias que tienen "nombre y apellido"; ausencias, angustias, dolores y heridas que sangrarán de por vida

Gente que no tiene mucho que celebrar en esas fechas en que la sociedad rememora las guerras, y que merecería de parte del resto de la sociedad, todo el respeto y todo el acompañamiento en su dolor.  

Ese grupo merece que aunque sea una vez -una sola vez-, el resto de la sociedad haga el esfuerzo de ponerse realmente por unos minutos -solo por unos minutos- en su lugar y desde ahí trate de comprender ¿de qué forma un acto en un cuartel militar, un desfile, el título de "héroe" para el caído , una placa, una calle con su nombre, una medalla, un discurso emotivo, .... podrían compensar el dolor, la ausencia, el vacío, de ese hijo, de ese padre, de ese afecto que ya no está por haber muerto en combate? 

Quizás este 2 de abril sea una buena oportunidad para hacerlo, y dejar de hablar de "logros" militares para empezar a hablar seriamente de las consecuencias individuales que tienen las guerras en las personas, en las familias, en el vecino de al lado, y quizás así, tratar de evitarlas/rechazarlas en un futuro en el mismo momento de ser planteadas.  

Porque una guerra no es algo que valga la pena "conmemorar o evocar" salvo que sea para prevenir futuras guerras, y para honrar realmente a los caídos

Al ver a los Veteranos se ve a quienes tuvimos la suerte de volver del frente, pero no se ve a los caídos. 
Habría que tratar de ver a los que no están, y pensar en las familias de los caídos que conviven en la posguerra, con el dolor, las ausencias, las muertes despiadadas, que generan las guerras en las personas de carne y hueso. 

Pensar y ponerse por rato en el lugar de toda en esa " gente común" anónima, que a pesar del dolor y las ausencias se levanta todos los  días para ir a trabajar, cortar el pasto, ir al supermercado, labrar la tierra, y llorar en silencio a sus hijos y familiares que ya no tiene a su lado como consecuencia de la guerra



CCH ex combatiente (Marzo de 1998)

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