Reproduzco a continuación la carta que "el viejo" (en el 82 Teniente Coronel) Héctor Lubin Arias nos enviara a "sus queridos soldados" (como le gustaba referirse a nosotros) hace ya diez años, el 10 de Abril de 2012.
Queridos Veteranos de Guerra:
Hace unos días estuve en una conferencia sobre Malvinas, donde un Jefe de Regimiento de Infantería relató en forma muy amena todo lo que tuvo que vivir esa Unidad. Al término de la misma, con mi señora nos quedamos conversando con varios asistentes. Se me acercó un jefe veterano de guerra del Arma de Infantería, luego de saludarme muy afectuosamente, señalándome, dijo a los que estaban alrededor:
“Este hombre fue jefe de un Grupo de Artillería Antiaérea, el 601, que fue la Unidad que mejor combatió en Malvinas. Nadie lo sabe, porque ellos no hablan” y la remató en tono jocoso, “son muy humildes a pesar de ser artilleros”
Le agradecí el elogio público y me quedé pensando que no era la primera persona que me lo decía, varios han reconocido la eficiencia del Grupo y el valor de sus hombres. Pero retuve eso de que pocos conocen lo que hicimos en la guerra.
Unos días después, un General de otra Arma retirado, amigo mío y muy destacado por sus condiciones profesionales, me pregunto: "¿Voltearon algún avión en Malvinas?" y agregó antes de que yo le conteste “porque con el material vetusto que tenían debe haber sido difícil”.
Me di cuenta que no tenía la menor idea y que no había leído mucho sobre la guerra. Durante varios minutos le conté cual era nuestro moderno material y los resultados de nuestras acciones. Por ejemplo el creía que el Roland era un misil usado por los barcos. …..?????
Esas cosas me demuestran lo poco saben los argentinos de la guerra de Malvinas a pesar de su declarado “patrioterismo”. Es verdad también que nunca nos hicimos propaganda ni exageramos nuestros méritos como si lo hicieron otros.
Pasados 30 años, a mi me pasa lo que seguramente también les pasa a ustedes, parece que todo hubiera sido ayer y tengo muy grabados los recuerdos.
- Combatimos desde el primer día hasta el último en Alerta Roja permanente, cosa excepcional en las guerras típicas.
- Operamos como un verdadero equipo, las 2/3 partes de la Unidad tenía por función la de abrir el fuego, 1/3 restante cumplía funciones de comando, comunicaciones y apoyo logístico. Todos eran importantes en su función.
- Fuimos el único elemento que realizó operaciones conjuntas.
- Nuestras armas eran un objetivo especialmente buscado por el enemigo.
- Nuestros hombres tenían escasa protección durante los ataques aéreos.
- No podían ser beneficiados con lugares de descanso y baño.
- Los integrantes de las secciones sufrían un stress casi permanente, en especial los que operaban el radar de Vigilancia.
- Merced al sacrificio de los hombres de la Batería Servicios nunca faltó comida, ni munición, ni combustible, ni mantenimiento.
- Gracias a los turnos que hacían los hombres del PCDA siempre hubo un enlace efectivo entre el CIC, los Radares y las Secciones.
- Los tendidos alámbricos de 8 km que hicimos como medio alternativo, eran la obsesión de los integrantes de la sección Comunicaciones, que salían a repararlos después de cada bombardeo naval.
- La gente del Puesto de Socorro con sus médicos y enfermeros siempre estuvieron rápidamente en el lugar donde se los necesitaba.
- Los jefes de batería de tiro, siempre acompañando a una de las secciones y dando el ejemplo.
- Los jefes de sección, con la enorme responsabilidad de decidir la apertura del fuego y de cuidar a su gente al igual que los jefes de pieza.
- Los que estuvieron aislados y combatieron con un eficaz fuego terrestre contra fuerzas enemigas tanto en Darwin como en Camber.
- Los suboficiales, fundamentales en organización, demostraron en general una gran lealtad y profesionalismo.
- Los soldados era tratados con firmeza pero correctamente y eran contenidos por sus superiores en momentos difíciles.
- Fue destacable el comportamiento y el sacrificio de los soldados conscriptos, aun aquellos con escasa instrucción.
- En los momentos posteriores a la capitulación supieron dominar su amargura y mantuvieron una actitud disciplinada hasta ser evacuados, aun aquellos que no compartían la decisión adoptada.
- Los que quedaron un mes mas como prisioneros de guerra afrontaron esa situación con admirable entereza moral.
- De regreso al Continente se presentaron con toda naturalidad en sus respectivos destinos, con la íntima satisfacción de haber cumplido con su deber, sin pretender vender una imagen de héroe.
Siento cada año que pasa un mayor orgullo de haber tenido a mis órdenes hombres de tamaña calidad.
GENERAL ARIAS