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lunes, 26 de septiembre de 2016

Malvinizar III

Comparto otro texto (que tiene ya muchos años) en los que a modo de presagio hablaba de como se iba a "malvinizar".
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Tocar el tema Malvinas hoy, a “solo” 12 años de terminada la guerra, se torna difícil.

Los ex combatientes somos un problema porque no es fácil entendernos, y encima somos tercos y nos resistimos a que “Malvinas” quede en el olvido. Insistimos en que la sociedad debe hablar de Malvinas.

Cuando hablamos de “malvinizar” lo que buscamos es que la gente, la sociedad, se interese en “Malvinas”, que se informe de la historia y geografía de las islas y su usurpación, y también de lo actuado en la guerra. Pero seriamente, contando “la verdad” de cada uno y lo que nos tocó vivir.


Para el ex combatiente “malvinizar” es poder mantener en la gente el interés en las islas para que poco a poco se genere un sentimiento hacia las Islas parecido al que sentimos quienes tuvimos el privilegio de ir a pelear por ellas. 

Que las sintamos “nuestras” y que mantengamos el reclamo y no bajemos los brazos para recuperarlas por la mejor vía que encontremos.

Ese sentimiento de pertenencia desde ya no se puede "imponer", ni adquirir de un dia para otro; es algo que debe gestar dentro de cada uno, con convencimiento, con conocimiento de la causa, aceptando lo bueno y lo malo que hicimos para llegar a esta situación a la que llegamos.

Estoy convencido que en lo que hace a la guerra, la difusión debe ser "viral" desde cada uno de nosotros, cada cual desde "su metro cuadrado" difundiendo y contando, con su óptica y su posición ideológica, con el relato real de “esos detalles" que dan otra visión de lo actuado, y que ligan lo hecho -en y por Malvinas- con la gente. Que se sepa que no todo fué lo mismo, y que si bien hay “puntos grises o negros” que no deben callarse ni magnificarse, también hay mucho de lo otro, de lo rescatable, de lo “contable”, de “lo bueno”.

Tengamos presente que antes de la guerra “Malvinas” nunca fue un tema “prioritario”, la guerra y nuestros muertos lo trajeron a la palestra. Y estos son temas que duelen y que se hace difícil poder hablar fríamente sobre ellos. 

Creo que llevará mucho tiempo, pero de a poco se irá terminando con el desinterés, con el desentendimiento, con la “vergüenza ¿?” que algunos muestran tener hacia “Malvinas”.

En algún momento cambiaremos las “ecuaciones” generalizadas y asumidas por la gran mayoría al finalizar la guerra y tener que contabilizar los muertos. 
Estas "ecuaciones" las podemos resumir en estos “ejemplos” que siguen e intentan simplificar "matemáticamente" la manera de encarar el tema Malvinas que hoy tenemos entre nosotros:

Malvinas = Proceso/Dictadura
("No tuve nada que ver, no quiero saber nada") 

Malvinas = Milicos = Represión
("No tuve nada que ver, no quiero saber nada") 

Malvinas = Milicos = Cosa “de milicos”
("No tuve nada que ver, no quiero saber nada") 
 
Malvinas = Guerra = Muertos
("No tuve nada que ver, no quiero saber nada") 
 

Malvinas = Guerra = Derrota
("No tuve nada que ver, no quiero saber nada") 
 
Malvinas = Guerra = Fondo Patriótico
("No tuve nada que ver, no quiero saber nada") 
 
Malvinas = Vamos ganando = Fuí un bolú
("No tuve nada que ver, no quiero saber nada") 

Malvinas = Posguerra = Muy complicado
 ("No tuve nada que ver, no quiero saber nada") 
 

Malvinas = Víctimas de la Dictadura
("No tuve nada que ver, no quiero saber nada") 

La idea es quizás llegar con el tiempo a algo parecido a:

Malvinas = Movilización, apoyo, unión y participación masiva                  
("Que nos pasó?, Yo que hice?, Como llegamos a eso? Quiero saber más")
                 
Malvinas = Unión y alineamiento en un objetivo común
("Que nos pasó?, Yo que hice?, Como llegamos a eso? Quiero saber más")

Malvinas = Derrota militar
("Que nos pasó?, Yo que hice?, Como llegamos a eso? Quiero saber más")

Malvinas = Analicemos que hicimos, hagamos nuestro Mea Culpa y veamos que queremos hacer hacia adelante; porque si queremos todos juntos tirando para el mismo lado: se puede.

Quizás entre todos le encontremos un “para que” al haber ido a pelear por las Islas y al haber dejado a tantos compañeros enterrados en ellas.

                                                                                                                                CCH (Mayo 1994)

martes, 22 de diciembre de 2015

Los "sentidos"

Me preguntaron hace unos días si el haber estado en combate "agudiza los sentidos".

Y sí, efectivamente, ante la situación de "peligro de muerte inminente", se agudizan los sentidos. 


No dudo que a todos los que estuvimos en esa situación nos pasó, (la vista, el oído, el "ver" de noche, el "oir" dormido, etc. etc.) y que mantuvimos esa "sensibilidad" mas allá del 82.

En mayor o menor tiempo cada quien, ya que en la medida que transcurre el tiempo y que se van viviendo situaciones mas "normales" -como todo animal ciudadano-, deja de ser necesario esa agudeza de sentidos para (sobre)vivir.

Llegando a los casos extremos de no ver una vaca a dos metros, ni a distinguir una bocina de un maullido de un gato.

Y creo que el tiempo que uno "prolonga" ese estado de "vigilia permanente" que se necesita durante el tiempo de combate, tiene que ver con el grado de superación e integración que cada uno logra en la posguerra.


Es decir está relacionado a cuanto pudo o no, el ex soldado "desprenderse" y "sobrellevar" el "efecto de la guerra" (de Malvinas en este caso) en su vida de posguerra. Con lograr el estar "aqui y ahora" y no seguir "pegado" en su rol de combate del 82.

Eso no significa dejar de "usar", consciente o inconscientemente, esos "truquitos" que uno aprende y que se hacen carne, cuando las situaciones lo ameritan (quizás el "olfatear" el peligro antes que otro, el no sobresaltarse ante el ruido de un disparo o una explosión, el estar atento a las salidas de emergencia en sitios cerrados, el identificar  inconscientemente que persona o personas serán las primeras a socorrer en caso de peligro, o que lugares son los mejores disponibles para protegerse y proteger a quienes están con nosotros, etc., etc.).

Pero hay otro tipo de sentidos que creo no equivocarme, se desarrollan durante combate, (en nuestro caso durante  la "gesta de Malvinas"), que no hay que dejar de lado.
Y estos sí son sentidos que no se pierden con los años, sino que por el contrario se van consolidando y agrandando.

Hablo del sentido de la amistad, del compañerismo, del deber cumplido, de los valores, de jugarse por un compañero, del respeto por los caídos y por los demás, del sentido de "patria" (o nación no sé bien la diferencia), del sentido de una causa justa, del sentido de la entrega, y algunos otros que seguro dejo de lado en este rápido recuento.


CCH2007

martes, 9 de septiembre de 2014

Que recuperamos con la guerra de Malvinas

Considero no equivocarme demasiado al pensar que Malvinas del 82 fue, y es, el hito de nuestra historia alrededor del cual convergió el país entero
Malvinas movilizó a toda la sociedad; poderes económicos y políticos, fuerzas sociales, representantes religiosos, deportivos, medios de comunicación, líderes y seguidores (de derecha y de izquierda), industria y comercio, empresarios y sindicalistas, etc. etc. estuvieron todos alineados, movilizados por Malvinas. Apoyando la toma y recuperación -violenta- de Malvinas.
El gobierno militar (y los poderes que lo instalaron y lo sostuvieron), “lograron” de la noche a la mañana, la tan utópica unidad nacional en pos de la defensa de la soberanía, arrastrando a todos los habitantes (o a casi todos) a una loca carrera por la obtención de un (muy hipotético) triunfo militar, recuperando de un plumazo unas islas que muchos, en aquel entonces, ni recordaban o siquiera contemplaban su existencia.
¿Se llegó a esto luego de haber alcanzado el consenso necesario para avalar y realizar la acción propuesta, respaldando la experiencia de una guerra?
¿Se analizaron en conjunto (poderes, instituciones, gobierno, sociedad, etc) las amenazas, las trampas y las consecuencias a las que se expondrían a varias generaciones? ¿Se contemplaron mínimamente los riesgos de semejante decisión?
Sencilla y simplemente: No.
Pero Malvinas nos volvió activos y nos movilizamos apoyando una guerra, cuando pudimos habernos quedado en nuestras casas en silencio, dándole la espalda a esa “locura”. Así de simple; como había sucedido en tantas ocasiones cuando también había que manifestarse para lograr alguna reivindicación social, o para defender nuestros genuinos derechos, y no lo hicimos por comodidad, por conveniencia, o por miedo.
Pero no fué así con Malvinas.
Malvinas hizo que toda la sociedad saliese a la calle apoyando. Malvinas provocó una unión impensable en ese momento. Duró poco, pero se dio.
La guerra de Malvinas fue (como toda guerra) una experiencia traumática, que tuvo sí abundantes hechos y acciones muy meritorias y muy valiosas de muchos, muchos, “héroes” que participaron en ella.
Pero Malvinas fue además una experiencia colectiva, que generó una auténtica, espontánea y fuerte unidad social.
Por unos cuantos días con la Guerra de Malvinas recuperamos parte de nuestro territorio, pero también recuperamos la unión y la movilización de la sociedad en pos de un objetivo común.
Con la derrota, esa unidad se diluyó. Hubo luego un tiempo de mirar para otro lado, de evitar tocar el tema, pero despacio, con el correr de los meses y los años, y a pesar de las diferencias conceptuales, de ideales, culpas, admiraciones, lástima, comprensión, orgullo, nacionalismo, o de lo que sea, -que existen y van a seguir existiendo- se fué instalado en la sociedad un sentimiento colectivo hacia y por “Malvinas”, algo que (con sus matices) nos une, nos cohesiona.
Vuelve a aparecer un alinearse tras un sentimiento común, un objetivo común, hacia las islas como tales, o hacia quienes participamos en forma directa de esa guerra, o hacia quienes padecieron y padecen las secuelas de ella, o hacia lo que significó y significa para Argentina esa guerra.
Malvinas fué una experiencia dolorosa, cruel, para quienes participamos directamente y perdimos la guerra.
Una experiencia despiadada para las familias que perdieron a alguno de sus integrantes en esa guerra, y para las que tienen que convivir aún hoy con los efectos, con las secuelas y consecuencias de ella. Una experiencia muy compleja para los gobiernos de turno que no supieron o no quisieron gestionar.
Una experiencia producto de la responsabilidad y el compromiso de toda la sociedad.
Justamente por la unión que provocó, por la adhesión que generó y genera, Malvinas también debiera ser una experiencia que hunda para siempre el “no compromiso” y la credibilidad ingenua y facilista que como sociedad nos damos el lujo de enarbolar, permitiendo las locuras y divagues de quien esté sentado en el sillón de Rivadavia (sentado ahí con nuestro aval y permiso).
Una experiencia que nos recuerda y nos muestra que juntos, con consenso y unidos, podríamos muchas veces torcer el rumbo y lograr cosas que pueden parecer imposibles.
Una experiencia que nos advierte que a pesar de las diferencias que todos tenemos, e incluso con ellas, hay temas en los cuales podemos y debemos estar codo a codo, que hay intereses comunes que debemos defender mas allá de aspectos personales o sectoriales.
La Guerra de Malvinas unió a la sociedad y lamentablemente no sirvió para recuperar las islas, pero debería también servir para recuperarnos a nosotros mismos, como sociedad, y así los muertos de Malvinas tendrían también ese otro significado, el de la unidad, pues ellos murieron por ella.
CCH (1987)